Eduardo
Arroyo Madrid,
1937
Tras la obtención
del diploma en la Escuela de Periodismo de Madrid en el año
1957 se traslada a París con la intención de desarrollar
su faceta de escritor. Sin embargo, en la capital francesa se decanta
por los pinceles, lo que le llevaría años más
tarde a convertirse en uno de los más destacados promotores
de la Nouvelle Figuration. A lo largo de toda su experiencia creativa
se aprecia en la obra de Arroyo un espíritu crítico
y subversivo que delata su condición de exiliado. Precisamente
es este talante antifranquista el que va a determinar la condición
de su pintura; así, su producción queda inscrita dentro
de una estética figurativa cargada de un contenido socio-político
y de una ideología deliberadamente reivindicativa. En los
inicios de los sesenta su vocabulario plástico se mueve bajo
la influencia norteamericana del pop. En esta primera etapa, el
pintor madrileño diseña una narración plástica
coloreada por el interés en el dibujo, la inclusión
de tintas planas y un repertorio simbólico configurado por
una serie de elementos que provienen de la publicidad o la prensa.
De estos años datan sus temáticas seriadas en las
que representa a dictadores como Hitler, Franco o Mussolini, junto
a otros personajes de la Iglesia que recrean su particular imaginería.Hacia
1964 se hace definitiva su ruptura con el arte informal y en esta
línea se estrecha su colaboración con los pintores
Gilles Aillaud y Antonio Recalcati en un intento por desmitificar
a las figuras más sobresalientes de la vanguardia artística
como es el caso de Marcel Duchamp.Tras su participación en
los movimientos del mayo francés se afinca en Italia, donde
cultiva otra de sus actividades: la realización de escenografías
teatrales. En el año 1974 su voluntaria condición
de exiliado se hace obligatoria ya que durante un viaje a España
es detenido y enviado a Francia. Tras esta experiencia realiza sus
series inspiradas en la personalidad de Jose María Blanco
White o en el suicidio de Angel Ganivet. Eduardo Arroyo es un artista
polifacético que destaca no sólo como gran pintor
sino como escritor y decorador teatral, además de ceramista
y grabador. En su obra utiliza una gran variedad de soportes como
el lienzo, la madera o el papel de diferentes tipos. En la actualidad
compagina su residencia entre París, Malakoff y Madrid.
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